Poca repercusión, por no decir ninguna, tuvo la nominación del ex presidente argentino Néstor Kirchner a secretario general de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur). Los diarios apenas registraron la propuesta que el pasado 13 de agosto realizara el mandatario ecuatoriano Rafael Correa.
“Es raro, ¿no? Es inquietante que a un país antipático en lo internacional se lo convoque para dirigir la Unasur”, dijo el analista Jorge Elías. Es que Néstor Kirchner, en los cuatro años de su mandato (2003-2007), nunca se caracterizó por ser un hombre con una mirada abierta al mundo.
Durante un desayuno
Al menos dos diarios, Clarín y La Nación, mostraron su sorpresa cuando Correa presentó la candidatura de Kirchner. La Nación anotaba que es difícil que un argentino tenga apoyo.
Según una nota de La Nación, Colombia no vería con buenos ojos esa candidatura por el respaldo que Cristina Fernández le dio al Ecuador cuando ocurrió el ataque al campamento de las FARC. Uruguay, Perý y Chile tampoco estarían en esa línea.
La candidatura de Kirchner surgió oficialmente durante la visita que Rafael Correa hizo a Buenos Aires el 13 de agosto. La noticia se divulgó luego de un desayuno de Correa con el matrimonio Kirchner.“En materia de relaciones públicas e internacionales es maleducado, impuntual, no le interesa. Es un elefante en un bazar”, dijo un intelectual que pidió hablar fuer a de grabación.
Las relaciones internacionales parecían encomendadas a su esposa, la actual mandataria Cristina Fernández, mujer que gusta más de participar en los foros internacionales.
Pero la política en sí no varió y ahora se vislumbra un debilitamiento de las relaciones con España con la casi segura estatización de Aerolíneas Argentinas, hace poco en propiedad de una empresa española y la creciente desconfianza de los inversores internacionales por ausencia de datos fiables sobre inflación. ¿Cuáles fueron, entonces, las intenciones de Correa al decir ante la prensa que “Ecuador siempre se manifestó a favor de que el ex presidente Kirchner sea el secretario de la Unasur”?
“Hay que hacer una lectura política”, sostiene Elías, para quien la nominación de Kirchner se dio poco después de la derrota del gobierno en el Senado por la crisis agraria que mantuvo al país en vilo durante cuatro meses. Hasta se habló “y nunca lo desmintieron, que pensaron en la renuncia”.
Pero también está la idea “de la presencia de Kirchner que a veces opaca y, en momentos críticos, desplaza a la figura de Cristina. Al ocupar un lugar de relevancia fuera de la Argentina, y si lo acepta obviamente, va a tener menos tiempo para hacer política aquí”, afirma Elías.
Esta posición es totalmente rechazada por Néstor Picone, de la Secretaría de Medios: “Cada tema que tiene que ver con la unidad latinoamericana es maltratado por la prensa. Hay intenciones en los grandes grupos económicos concentrados, que tiene que ver con los intereses de EE. UU. y que tienen como voceros a los multimedios más importantes de América Latina que no quieren que se cristalice esta unidad”. Para Picone, Kirchner tuvo más una preocupación latinoamericana.
“Se ofreció para el canje humanitario de Íngrid Betancourt, apoyó a Tabaré Vázquez (presidente de Uruguay) para su elección, fue un gran intermediario de ciertas tensiones regionales, por ejemplo entre Venezuela y Brasil, pero son tensiones en favor de la unidad. Es reconocido por su ecuanimidad”.“Es cierto que es un tipo reacio al protocolo, a los encuentros que no definen una cuestión rápidamente, pero tuvo el rol más importante durante la IV Cumbre de las Américas (Mar del Plata, noviembre del 2005) para que no se firmara el ALCA, que tanto presionó EE.UU”, añade Picone.
Ocupado en revitalizar el Partido Justicialista, del que es presidente, y que se fraccionó esta vez por la crisis del campo, Kirchner no ha dado señales públicas de interesarse por el cargo.
Otro tema será el apoyo del resto de países de la región.“Al ser un órgano nuevo, no tiene historia. No se sabe el criterio de elección, si se designa por país o por persona. Por ejemplo, Alan García puede separar la paja del trigo y apoyarlo, a pesar de la relación con Chávez.
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